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Fotografía principal: Pedro Marrero Identidades CRIP.
La modernidad como máquina productora de diferencias, de manera contradictoria aboga por la diversidad de lo igual, y en ese proceso de igualación han quedado (y siguen quedando) por fuera minorías que se han visto en la necesidad de desarrollar teorías y acciones basadas en su propia condición de alteridad.
La teoría crip se presenta como otro modelo contra-hegemónico que respalda a las minorías de la modernidad, definidas desde los parámetros biopolíticos como a-normales, dentro de categorías como lisiados, deformes. Estas condiciones ponen a todos los que pertenecen a estos grupos en desventaja, limitando sus posibilidades en el ejercicio de la vida y el desarrollo de la personalidad, en cuanto al desenvolvimiento en una sociedad, plagada de prejuicios, donde está muy vigente la tiranía de lo políticamente correcto, que suele invisibilizar todo aquello que se considere diferente.
La discapacidad concentra todo lo que quiere referirse a ese otro con atrofia, de limitaciones motrices, que sirve como categoría pero al mismo tiempo establecer distancias entre el individuo normalmente aceptable, desde el modelo médico normativo, que comienza a separar, sancionar y aislar a todos aquellos que no cumplan con los requisitos permitidos. Es parte de esta problemática que desde el discurso crip se replantea: qué significa en la actualidad el que otros te definan como discapacitado.
Dentro de los discursos estandarizados sobre la discapacidad la teoría crip se presenta como un modelo para desmitificar o establecer un postura crítica que reivindique las identidades de aquellos que pertenecen a estos grupos minoritarios, tan estigmatizados por los convencionales discursos complacientes que rayan en la compasión y en legitimar alguna condición de inutilidad que define la identidad de los que tienen alguna discapacidad.
Para emprender luchas reivindicativas es crucial pensar los lugares de enunciación, tanto de dónde se crean las teorías como de quién la interpreta y desea ponerlas en práctica. Pedro Marrero, que además de dar una instrucción de la teoría crip en Venezuela, propone algunas herramientas y estrategias para repensar el tema de la identidad de los discapacitados y que la condición de las personas vaya un poco más allá del diagnóstico de condiciones específicas.